Por su parte, el comportamiento humano en la organización, al igual que el comportamiento organizacional,
describe, explica y predice, pero este, se encuentra enfocado en la actuación de las personas que participación
en la organización principalmente en sus roles de trabajo, el cual, tiene un impacto en las actividades diarias y
en los resultados de la empresa. En este sentido, el diagnóstico organizacional se distingue con dos unidades
de análisis; a).- La unidad de análisis organizacional, la cual, incluye variables formales de la organización,
como lo es su estrategia, su estructura, sus procesos y procedimientos, su capital y su infraestructura física y
tecnológica, teniendo la organización un alto control sobre estas variables, las cuales, puede modificarlas en
cualquier momento y la segunda unidad de análisis es ; b).- La unidad de análisis del comportamiento humano,
en este análisis, la organización presenta un mínimo grado de control sobre él y requiere de la participación
constante de los colaboradores para su transformación. Este análisis comprende variables informales de la
organización en el ámbito organizacional, grupal e individual (Gómez Rada, 2021).
La interrelación de estas variables, genera una dinámica en la organización llena de tensiones, las cuales, deben
regularse, para ello, la intervención organizacional identifica a través de una investigación dichas tensiones y se
coloca entre las fuerzas en contradicción.
Por su parte, una intervención organizacional es considerada como una actividad reflexiva y práctica, donde el
agente interventor ajeno a la organización, se introduce en el funcionamiento de la organización, para
comprender sus características y conocer los conflictos existentes, identificando las tensiones y los intereses
de cada uno de los actores, así como, las prácticas que afectan el funcionamiento de la organización. De esta
manera, la intervención permite plantear propuestas que trasciendan tales problemáticas y favorezcan el
desarrollo de los actores a favor de la organización intervenida (Fernández et al., 2012).
De acuerdo con Ramírez Lira et al. (2019), una intervención organizacional es efectiva en relación a la calidad
de su proceso de implementación, es decir, no solo depende de la respuesta de los trabajadores en las acciones
implementadas, si no, del compromiso que tengan los directivos de la organización intervenida para generar el
cambio. En este sentido, la intervención organizacional, contribuye a desarrollar estrategias para el logro de los
objetivos organizacionales y se enfoca en tres modelos de intervención de acuerdo con el desarrollo
organizacional; el primero de ellos es el modelo de intervención que genera cambios estructurales, se ve
reflejado en el cambio de procesos y procedimientos, cambios en los productos, en el ambiente de trabajo y
cambios sustanciales en la organización. Este modelo tiene como objetivo desarrollar la renovación de la
organización, para ello, se busca mejorar la efectividad y sobre todo, generar un cambio en la forma de pensar
de la empresa, modificando sus creencias, valores, actitudes e innovando la estructura de la organización. Por
su parte, el segundo modelo de intervención es el que se encuentra relacionado con los cambios en el
comportamiento de las personas, atendiendo su capacitación, su motivación y los incentivos que los beneficien.
En este modelo, los directivos de la empresa ejercen una fuerte influencia sobre el comportamiento de la
organización (Esparza Aguilar et al., 2010). Así mismo, Le Blanc y Oerlemans (2016) señalan que este modelo
de intervención en el comportamiento humano, busca que el colaborador de la organización, además, de
capacitarse en sus procesos de trabajo, lo haga también, en el aspecto personal, lo cual, tendrá un impacto
positivo en la organización.
En este sentido, Castillo Contreras (2012), manifiesta que el trabajador debe estar motivado para lograr las
metas y objetivos de la empresa, pero también, de su persona, ya que, el entusiasmo que se tuvo con la
organización al momento de obtener una relación laboral, debe mantenerse o incrementarse a través del tiempo.